Gn 17:9-14 - "Elegidos y sellados para guardar la fe"- Serie Génesis No. 31

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La promesa de Dios a Abraham es una promesa con propósito. Es una promesa que debe guardarse, que hace una diferencia y con miras a la eternidad.

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INTRODUCCIÓN

Estamos estudiando el libro de Génesis. Hay muchas verdades en este libro. Dios es Creador, es Soberano, Justo, Juez y también Salvador. Todo lo que el mundo ha olvidado acerca de Dios, Génesis nos lo está recordando.
Pero hay mucho más. También este libro nos hace recuerdo de que: “Estamos en este mundo pero no somos de este mundo”. Somos distintos, especiales, escogidos, somos lavados, limpiados por la sangre de Cristo. Temporalmente estamos acá, pero aguardamos una promesa de que Él volverá a recogernos en las nubes y estaremos eternamente con ÉL. ¿Crees en esta promesa?
No hay palabras para describir todo lo que Cristo ha logrado en la cruz por nosotros y todo lo que el Único y Verdadero Dios Trino ha planificado para nosotros, es tan grande que no es fácil describirlo. Vamos a intentarlo:
Fuimos creados por Dios para reconocerlo como Creador. El mundo no lo reconoce, pero nosotros SÍ porque ÉL ha abierto nuestros ojos para verlo así.
Fuimos escogidos para ser pueblo suyo. El mundo no quiere serlo, pero nosotros SÍ porque Él nos ha tomado como suyos.
Fuimos sellados por su Espíritu Santo a través de la fe para ser propiedad de Él. El mundo no quiere ser propiedad de Dios, pero nosotros SÍ.
Un día seremos tomados en las nubes para estar con Él. El mundo se quedará y lo lamentará mucho, pero nosotros reinaremos con ÉL.
Eternamente estaremos en su Reino y seremos libres de toda condenación. En cambio, el mundo estará eternamente condenado, mas nosotros viviremos con Él.
¿Es poco todo esto? Cristo en la cruz ha logrado mucho, lo ha logrado todo para nosotros.
Pero ¿Qué hacemos con todo eso? ¿Cómo vivimos sabiendo cosas tan maravillosas que suceden y van a suceder con nosotros? ¿Guardamos la fe como un precioso tesoro? ¿La enseñamos a nuestros hijos o familia? ¿Estamos comprometidos con Él? Hemos recibido muchas cosas preciosas pero hay propósitos de Dios en ellas.
Hoy en nuestro estudio vamos a ver estos propósitos para la vida de Abraham y vamos a entender mucho mejor los mismos propósitos para nuestras vidas, y lo que encontraremos en la Palabra de Dios será el aliento más extraordinario que podemos encontrar a pesar de cualquier situación, conflicto o angustia que puedas estar viviendo. La Palabra de Dios puede transformar tu vida y darte nuevas fuerzas al entender su pacto y propósito.
El título de nuestro mensaje es “Elegidos y sellados para guardar la fe” y está basado en Gn 17:9-14.

EXÉGESIS Gn 17:9-14

Debemos repasar la promesa de Dios a Abraham, el pacto que hizo Dios con Abraham:
Va a tener una descendencia, será padre de muchedumbres.
Heredará una tierra.
Será de bendición para todas las familias de la tierra.
Y la promesa es extraordinaria porque principalmente está diciendo que: Un descendiente de Abraham será de bendición para todas las familias de la tierra, este es Jesucristo, su sacrificio en la cruz ha permitido que todos puedan acercarse a Él. No todos quieren, pero todos pueden acercarse a Él y ser salvos.
Después de confirmar el pacto a sus casi 100 años (estudio del domingo anterior), ahora Dios va a revelar la perpetuidad, la importancia y los propósitos del pacto y vamos a hablar de eso hoy.
Lo primero que encontramos en esta porción de la Escritura es que Abraham ha recibido:

Un pacto que se debe guardar. Gn 17:9

Génesis 17.9 RVR60
9 Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.
Dios sigue revelándose a Abraham. Abraham ha pasado de “Abram a Abraham”, su nombre ha sido cambiado por Dios. Esto quiere decir que fue hecho un hombre nuevo con propósitos nuevos, sin embargo, ahora Dios le está revelando los propósitos del cambio de su nombre:
..En cuanto a ti, guardarás mi pacto..” - Abraham no solamente está recibiendo beneficios de Dios, sino que hay un propósito divino para con Abraham. Dios le pide que “guarde” el pacto.
Ahora, ¿qué es “guardar”? - Quiere decir que Abraham puede estar viviendo entre otras naciones y pueblos, pero que Él ha sido elegido por Dios para ser el “padre de una muchedumbre”. Entonces, mientras todas las naciones paganas e impías no reconocían a Dios como Soberano Creador, Abraham sí debe hacerlo y debe guardar esa nueva “relación” entre Dios y su pueblo, confirmado con un pacto, con el mayor de los esfuerzos posibles.
¿Cómo se guarda el Tesoro más extraordinario revelado al hombre? Se guarda reconociendo y honrando al Dios Supremo que extiende su dicha o gracia sobre los hombres.
Entonces, Abraham tiene una gran responsabilidad. Fue sacado de un pueblo idólatra para ser el primero de un pueblo santo.
A veces hemos olvidado que ser cristiano es “ser sacados del mundo para ser diferentes al mundo, para guardar las promesas divinas de Dios”. Y a veces simplemente somos confundidos con el mundo como si no perteneciésemos a un pueblo santo.
Abraham ahora debe comprometerse a guardar el pacto, y esto no quiere decir simplemente recordarlo, sino que este será su nuevo modo de vida a los 100 años.
“.. tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones”. - Esto es sumamente hermoso. Porque Dios tiene propósitos no solamente para Abraham sino para los que vendrán después.
Es tan precioso esto que este es el motivo por el cuál estás acá. No estás acá por tus propios méritos, ni eres salvo porque lo merecías, ni tienes una vida de comunión con Dios porque así te pareció. Estamos acá porque Dios cumplió su pacto en Jesucristo y por esta promesa nos adoptó como hijos.
Dios tiene un plan para todas las familias de la tierra, de forma especial, tiene un plan para nuestra familia. Hay muchas familias que viven sin un futuro sin esperanza, pero nosotros tenemos un propósito que Dios nos ha dado y si queremos que esto llegue a nuestros hijos y luego a los hijos de nuestros hijos, entonces tenemos que enseñarles acerca de estas promesas.
Abraham recibe esta instrucción, debe pasar esta promesa, y no solo pasarla, sino sobre todo “GUARDARLA” de generación en generación.
Es por eso que hoy en día en el mundo judío, así como lo era para los hebreos hace miles de años, la instrucción más importante que debe recibir un niño o niña es conocer al Creador y reconocerlo en su vida.
La principal responsabilidad de un padre hebrero era que sus generaciones tengan un encuentro con el Dios Vivo.
¡Cuánto tendríamos que aprender de todo esto! Estamos muy cómodos en que los que más amamos se estén perdiendo del pacto y sus beneficios, y estén yendo por un camino de condenación. Cuánto tenemos que dedicar tiempo a nuestros hijos para que lo más pronto posible se rindan a Cristo y le entreguen su vida por completo.
Pero esto no es solamente un pacto que Abraham debe guardar, sino que también es:

Un pacto con una señal que nos diferenciará. Gn 17:10-12.

Génesis 17.10–11 RVR60
10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11 Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.
Dios ya ha establecido su pacto y la importancia de que este sea guardado por las generaciones de Abraham, ahora Dios pone un “sello” o “marca” que diferencia a quienes guardan Su pacto con cualquier otra persona en la tierra.
“..Será circuncidado todo varón de entre vosotros”. - La circuncisión es el corte del exceso de piel que cubre el prepucio del órgano genital masculino. Esta práctica no es nueva para este tiempo. Se sabe que lo hacían en Asia occidental y en Egipto, pero ahora Dios está tomando esto para darle un nuevo significado o propósito para el pueblo de Israel.
En Egipto y Asia occidental la circuncisión era una marca hacia la pubertad. También era la iniciación del varón como una persona sexualmente activa fuera del matrimonio. Todas estas prácticas por supuesto desagradaban a Dios y Él va a dar un nuevo significado de la circuncisión para su pueblo.
Lo que Dios está diciendo a su pueblo es: “Ahora pertenecen a una nación del pacto, de una promesa, nación escogida para propósitos divinos”.
Antiguamente los pactos normalmente se hacían en “tablillas de arcilla”, pero ahora Dios lo hace en la misma carne del cuerpo del hombre.
Que a la mujer no se le demande mutilar nada de su cuerpo, no quiere decir que estén fuera del pacto, sino simplemente es una representación de la promesa de Dios aplicada sobre las familias, y el varón en el plan de Dios constituye la cabeza de la familia y es el encargado de que su casa conozca el pacto de Dios.
Pero la pregunta podría ser el día de hoy: ¿Por qué nosotros no somos circuncidados?
La respuesta es tan sencilla como maravillosa: “La promesa principal de Dios a Abraham ha sido cumplida en CRISTO”.
Recordemos que Jesús en cumplimiento de la Ley también fue circuncidado a los ocho días, pero la iglesia del primer siglo, después de la resurrección de Cristo, ascensión, descenso del Espíritu Santo y establecimiento de la Iglesia, ya no lo pidió más. Esto lo vemos en Hechos 15. A manera de resumen, veamos algunos versículos:
Hechos de los Apóstoles 15.1–2 RVR60
1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.
Hechos de los Apóstoles 15.4–5 RVR60
4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.
Hechos de los Apóstoles 15.6–8 RVR60
6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;
Hechos de los Apóstoles 15.9–11 RVR60
9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
Todo esto quiere decir que en realidad la circuncisión era una señal de gran importancia, pero que no podía ser más grande que lo que representaba la señal misma. ¿Y qué representaba la señal? Como bien dice el último versículos Hch 15:11 “El ingreso a la familia de Dios a través de Jesús, quien daba la salvación únicamente a través de la fe”.
Por eso es que Pablo dice así de la circuncisión y de la incircuncisión:
Gálatas 5.6 RVR60
6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
Cristo, el cumplimiento de las promesas es más grande que la misma señal, pero no solamente esto, sino que la señal ya no es ahora la circuncisión, sino la “fe” y esto es lo que te hace descendiente de Abraham o lo que te da el acceso al pueblo de Dios. La fe es la que justifica para nosotros, pero también lo fue para Abraham:
Romanos 4.11 RVR60
11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;
Este versículo quiere decir que no nos salva la circuncisión, sino la “justicia de la fe en Cristo”. Así fue para el mismo Abraham.
Ese es el motivo por el cual nosotros no somos circuncidados físicamente, sino que guardamos la fe en Cristo que es la circuncisión espiritual que nos da acceso a la descendencia de Abraham:
Colosenses 2.10–11 RVR60
10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;
Ya estamos completos en Cristo, ya no requerimos circuncidarnos, la obra que ha hecho Cristo es absolutamente completa y la señal ahora es espiritual y es la fe en Él.
Pero no era así para el tiempo de Abraham, la promesa del redentor la estaba recibiendo Abraham. Nosotros podemos ver su cumplimiento hacia atrás, pero Abraham debe mirar hacia adelante. Por tanto, ellos guardan una señal para ese tiempo que marca la diferencia entre el mundo y el pueblo de Dios:
Génesis 17.12 RVR60
12 Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje.
Y de edad de ocho días..” - No sabemos con precisión por qué Dios decide este tiempo, pero es una posibilidad que en ese tiempo ya se sepa si el niño iba a sobrevivir o tal vez no. Recordamos que las condiciones del parto son muy distintas en ese tiempo que ahora, y para nosotros hoy cuando pensamos en “dar a luz” suele ser algo tan normal y la mayor parte algo que no lleva riesgos, sin embargo, no era así anteriormente. La tasa de mortalidad infantil era muy distinta. De todas formas, dejamos en la sabiduría de Dios los “ocho días”.
Lo que sí es para nosotros interesante y maravilloso es que ya se dan los primeros rasgos del evangelio universal de Dios: “..el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje”. Esto quiere decir que aunque el hombre en su naturaleza ya contaminada desde el ingreso del pecado, diferencia las clases sociales entre esclavos y libres, pero no lo hace así Dios. Para ÉL todos somos iguales y tenemos la misma oportunidad de alcanzar la promesa divina.
Es esto lo que dice Pablo de forma más clara siglos después:
Colosenses 3.11 RVR60
11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
Entonces hemos visto que hay una señal que nos diferenciará del mundo, en ese tiempo la circuncisión física que miraba hacia el pacto que es Cristo y ahora después de Cristo la circuncisión espiritual que es por la fe en Él.
¿Realmente te diferencia a ti la fe en Cristo? y ¿Guardas esa fe y la compartes con los que amas y con tus hijos?
Lo último que encontramos en este texto es que también es:

Un pacto con propósito de eternidad. Gn 17:13-14

Génesis 17.13–14 RVR60
13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14 Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.
El pacto de Dios es perpetuo. Esto es lo que dice Su Palabra. No tiene fin, es un pacto que lleva hacia la sangre de Cristo y su alcance por lo tanto es Eterno. La circuncisión que es una señal de que están en el pacto, viene a simbolizar el ingreso a un pueblo especial. Pasado el cumplimiento de Jesucristo, tenemos mayor revelación en las Escrituras y sabemos que todos los que estén en Cristo por la fe, también alcanzarán las bendiciones eternas.
Y el varón incircunciso..” - Así como hay personas que están bajo el pacto, hay personas que lo rechazan de forma voluntaria. Para ver esto, basta con ver a nuestro alrededor. No todos quieren recibir a Cristo, Quién es el cumplimiento de las promesas y el único medio de Dios para salvación. Dios en su misericordia infinita no obliga a nadie a adorarlo, pero recibe a todos los que quieran reconocer su pecado y ver la salvación de la cruz.
“..aquella persona será cortada de su pueblo..” - No puedes estar bajo el pacto y disfrutar de sus beneficios sin el sello requerido. No puedes estar en el pueblo de Dios, sin el sello y sin estar comprometido con su pacto. En aquel tiempo la señal era la circuncisión física y hoy la circuncisión espiritual, no puedes acercarte a la eternidad de vida sin la fe en Cristo.
Esto nos causa alegría y tristeza. Alegría porque sabemos donde estamos yendo, pero tristeza porque hay muchas iglesias, llenas de gente, donde la gente busca milagros, prosperidad, mejorar en su economía, pero sin el sello eterno de Dios.
Ahora Abraham comprende la promesa de Dios. Él no le está prometiendo solamente una descendencia, sino que Dios hará un pueblo santo y con miras a la eternidad. Y todas las familias de la tierra serán benditas en esta promesa.

MEDITEMOS LA PALABRA

Ahora nos toca la parte más difícil. Y hemos dicho anteriormente que es difícil porque debemos tomar decisiones. Puedes irte de este lugar como has entrado, también es una decisión, pero puedes comprometerte con Cristo y esta es otra decisión.
¿Cómo cambia tu vida esta porción de la Palabra de Dios?
En primer lugar: “Guarda la fe, fuiste escogido para esto”. Hemos sido escogidos para tener una vida comprometida con Jesucristo, Su Palabra, Su Ministerio y Su Iglesia.
¿Qué vida estás teniendo? A muchos de nosotros, tal vez no nos gusta comprometernos con nada ni nadie, queremos trazar nuestro camino de acuerdo a nuestras reglas o propios puntos de vista. Sin embargo, si hemos comprendido la obra de Cristo, que fue el propósito del pacto con Abraham, entonces debemos “guardar la fe” como Dios ha encomendado.
Génesis 17.9 RVR60
9 Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.
Cosas prácticas por hacer:
Que las personas que te rodean vean que tienes una vida rendida a Jesucristo. No tengas vergüenza de hablar de Él, de su gracia, de su amor y de su salvación. Guarda la fe en Cristo y tenga como el tesoro más grande que debes enseñar a tus hijos y a las generaciones que vendrán de ti.
“Guardar la fe” es guardar el camino a la eternidad. ¿Cuán comprometido estás con Cristo? ¿Empezaste hoy tu día orando, pidiendo perdón de tus pecados y rindiéndote a Él?
¿Eres celo de la promesa de Dios en tu casa? Cuando recibes toda enseñanza, doctrina en la universidad, colegio, amigos, trabajo, toda enseñanza que quita a Dios de nuestras vidas y de las vidas de nuestros hijos, ¿somos celosos? ¿instruimos a los nuestros en la promesa que se ha cumplido que es Jesucristo? Guarda a los tuyos de los ataques del mundo en contra de la verdad de la Biblia, en contra de la verdad de la obra de Cristo en la cruz.
También hemos visto que: “No olvides que llevas una señal que te diferencia”.
Somos un pueblo escogido, santo, guardamos la fe. A otros la fe les parece basura o algo innecesario. Para nosotros nuestro principal tesoro.
¿Eres de la fe en Cristo? ¿Esta es la señal que te diferencia?
¿Hay una diferencia entre ti y el mundo? ¿Es esa diferencia Cristo?
Somos escogidos, llamados, somos un pueblo especial en Dios.
1 Pedro 2.9 RVR60
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Cosas prácticas:
Vive sabiendo que eres del pueblo de Dios, con esa alegría de saber que fuiste llamado de las tinieblas a la luz, pero también vive honrando al pueblo que perteneces, en realidad, honrando al Dios del pueblo que perteneces.
Esfuérzate por la santidad cuando estés solo, con tu familia, amigos, trabajo, estudios, tú eres de un pueblo de la promesa, de un linaje escogido.
Finalmente: “Vive con tus ojos en la eternidad”.
El pacto de Dios con Abraham tuvo propósitos Eternos. Nosotros ahora conocemos que el cumplimiento fue Cristo, y Él ha abierto la eternidad para nosotros.
2 Corintios 4.18 RVR60
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Cosas prácticas:
Si estás atravesando situaciones difíciles de salud, trabajo, familia, cuestiones personales, ten ánimo y confía en Dios. Búscalo y clama a Él. Pero no olvides que esta vida no es el propósito final de Dios para contigo, sino recuerda que la vida eterna es lo que Él está preparando para ti.
Es bueno que dejemos de aferrarnos tanto a este mundo y más bien miremos a la eternidad. Mientras estamos acá caminamos con Cristo y en nuestros corazones con el Espíritu Santo, que ese sea nuestro único anhelo, servirlo, adorarlo, honrarlo, mientras Él nos va preparando para estar con Él para siempre.
Enseñemos a los que amamos que esta vida es pasajera, hablemos a ellos de las cosas espirituales que abren las puertas a la eternidad, es decir, hablemos de Cristo.
Vamos a dar gracias al Señor por su preciosa gracia y por cumplir sus promesas, si quieres hacer un compromiso con Él esta es tu oportunidad, vamos a orar en silencio y de forma personal cada uno de nosotros.
Oremos.
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